"The Amazing Spider-Man: One More Day" (2012): o por qué Spider-Man murió hace 7 años
Llevo queriendo escribir este artículo por varios años, pero el hecho de que todo el mundo y su mamá hayan opinado sobre el tema, sumado a mi procrastinar natural, me lo habían impedido hasta ahora.
Pero luego de tener en cuenta el mucho tiempo que ha pasado, y con otras cosillas que han sucedido en el camino, como el llamado Superior Spider-Man, creo que sería bueno recapitular para los nuevos lectores o el fan casual el por qué One More Day es una gran bazofia.
He sido seguidora de Spider-Man por casi dos décadas, así que Peter Parker ha sido parte de mi vida tanto como los equipos de fútbol de mis mejores amigos lo son de las suyas. La cosa es que Peter ha estado ahí, modelo de rol de la niñez: la pregunta "¿qué haría Peter Parker en mi lugar?" surgía en esos momentos de la infancia cuando estás pensando en hacer algo de dudosa moral.
A lo que me refiero es que ser parte de la cultura nerd es esto de buscar significados, interpretaciones, doble lectura en lo que para otros no es más que una viñeta con un monito que lanza telarañas. Darte la lata de leer artículos - como éste, hola - que interpretan lo que los guionistas hacen, las motivaciones de los personajes, las repercusiones geopolíticas de las acciones que comenten - que por Jebús que hubo durante Civil War, todo el mundo era experto, y lanzar la palabra nihilismo te convertía automáticamente en un sabio filósofo -.
Volviendo al punto, como algunos otros autores y especialistas en el tema comiquero lo han dicho, esto de que los cómics son representaciones artísticas de nuestra realidad, una especie de mitología moderna como en la época clásica lo fueron los héroes griegos o en la medieval los caballeros, y que al conocer sus argumentos podemos conocer a sus generaciones, es bastante verdad. Spider-Man es así. Claro, se trata de un chiquillo con poderes arácnidos, que es un paria y tiene una complicada vida. Pero también es el primer protagonista adolescente dentro del género, con unos argumentos que unen tanto acción como problemas cebolleros.
Pero vamos a lo importante: por culpa de él, murió su tío.
No cuando ya es un héroe hecho y derecho, como suele sucederle a muchos. Ni por motivos ajenos a él, como los papás kriptonianos de Superman, o la ida a ver al Zorro de los Wayne.
El tío Ben muere por culpa de Peter: porque Peter apenas tiene poderes – y poder en general -, se vuelve un niñato egocéntrico y listo para recibir lo que cree que siempre ha merecido, ¿y qué le importa a él lo que le pase a otro? ¿Qué han hecho por él últimamente? Y ¡bam!, ni se lo espera, pero sus decisiones tienen consecuencias y alguien paga por ello, no un desconocido sin importancia, sino que la única figura paterna que ha tenido en su vida.
Ese de arriba es tal vez el punto más interesante y lo que hace la ethos de Spider-Man un pilar en el universo de los héroes – y en general, que hay harto de eso del viaje del héroe del viejo Joseph Campbell -.
La acción e inacción de Peter son los culpables de la muerte del tío Ben, ese Amazing Fantasy #15 bien podría ser un cuento de terror, porque no termina con el héroe triunfante, sino que con un triste niño llorando en la noche y una voz en off narrando la moraleja. Una muerte tan evitable que pesa en la conciencia del protagonista, que le enseña aquella frase que se ha vuelto tan pop como trivial: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Hazte cargo de tus acciones, asume las consecuencias.
Y la historia de Spider-Man ha seguido este mantra. Su motto es después de todo la responsabilidad, si lo que para Batman es la justicia, o para Superman lo es la esperanza, para Spider-Man todo gira alrededor de la responsabilidad. Y no solo la responsabilidad de tener súperpoderes, sino que la responsabilidad de guardar secretos, de tomar decisiones, de saber qué es lo que está bien y mal y seguir parado frente al camino que tomaste, de decir que sí o decir que no.
Y es una enseñanza súper valiosa, por mamón que suene, porque asumir las consecuencias de lo que haces es difícil en la vida, más cuando la cagas, te ayuda a que eso que se llama integridad moral y suena tan añejo y fome, tenga un poco de significado.
¿Cuántas veces la vida de Peter podría haber mejorado, pero sus propios principios se los truncaron? Porque mucho de lo que Superior hizo, Peter pudo hacerlo, pensó en hacerlo, pero eso llamado integridad se lo impidió. O las veces en que las cosas han mejorado, para que todo se vaya abajo por la suerte de Parker. Y ahí viene el segundo fundamento spidermaniano: la resiliencia. Que cometas errores, y que la cagues y que te levantes y lo intentes una y otra vez, se representa en una pelea con el Juggernaut o en sacar un título universitario luego de haber congelado y que tu tía con su poca plata te ayudaba a pagar te haya dado vuelta la cara – y eso siempre tendrá más valor que el doctorado que le sacó Otto Octavius -.
El ethos de Spider-Man, esa integridad moral y resiliencia, han sido el soporte del personaje, o por lo menos lo fueron durante casi cinco décadas... hasta que llegó One More Day (OMD).
OMD no funciona, no solo porque es un pésimo ret-con con un deus ex machina tan ridículo como insostenible lógicamente - y que necesitó ser retconeado tres años después -. OMD no resulta porque se pasa por donde quiere todo esto de los principios de Spider-Man; de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad; de que solo tú te puedes hacer cargo de tus acciones y nunca habrá una varita mágica - o un Mephisto - que esté ahí para deshacer tus errores y hacerte un borrón y cuenta nueva.
Peter hizo un trato con el diablo - literalmente - y vendió todo lo que lo convirtió en un héroe. No asumió ninguna responsabilidad, su sacrificio matrimonial se nota ante su debilidad, y peor aún, Marvel lo hizo porque sí. Porque un Peter casado no le convenía, porque se metieron en un callejón sin salida con lo del desenmascaramiento, y le importó una mierda pasar a llevar todo eso. Ni las centenares de quejas que recibieron lograron algo productivo.
Sé que muchos consideran a la Saga del Clon como el peor momento de Spider-Man, pero OMD la supera de todas las formas. Los errores de la Saga del Clon son argumentales, por un alargue estúpido, cambio de escritores y un simple no saber de qué va, pero en el fondo, en el centro del personaje, Peter siguió siendo el mismo, sus valores se mantuvieron, incluso en ese Final Chapter con la batalla versus Norman Osborn. Sí, la calidad no es la mejor, pero no se destruyó al personaje y lo convirtió en un hipócrita como OMD. No lo hizo hacer un condenado pacto con el diablo.
Las repercusiones de aquel pacto, hasta el día de hoy, no han ocurrido. Aquella integridad moral murió con la no-muerte de la tía. ¿De qué valió todo lo aprendido?
Brand New Day barrió todo bajo la alfombra y nunca más se habló del tema. Peter se fue convirtiendo en un personaje cada vez más quejón, con algunas contadas historias en donde relucía su integridad, y luego llegó Superior Spider-Man y se fue todo al carajo con esta creencia tan popular sobre que los héroes deben ser oscuros, llenos de una moralidad en escala de grises, que los personajes buenos son fomes y que el público solo quiere antihéroes.
El Peter que lloró con esa cara de completa culpabilidad la muerte de su tío, que levantó cientos de kilos de su espalda por salvar a su tía, que luchó contra Doctor Octopus a pesar de estar muerto de miedo y que en sus brazos sostuvo el cuerpo sin vida de Gwen Stacy; ese Peter murió en OMD, murió al aceptar un pacto estúpido y sin valor argumental, murió en manos de Joe Quesada y su afán por innovar y atraer a un nuevo público.
¿Y qué si ahora están matando a otros Spider-Men? ¿Y qué si supuestamente Superior fue un mejor superhéroe? ¿Y qué los eventos ya recontra hechos que salen cada año? Antes nos reíamos con Peter, ahora nos reímos de él. De su incompetencia, de su muerte, de su bajeza, de que un asesino como Otto sea más preferido que él, ahora es divertido que su moralidad sea tan infantil, que no haya tenido los huevos como Otto de hacer las cosas como deben hacerse, de que su antigua moralidad parezca eso, vieja y aburrida, y que Marvel no tenga ni ganas de hablar sobre la traumática experiencia que fue morir y ser sustituido - y no lo hará, con el hecho de convertir a Otto en un jodido mártir -.
Así que volviendo al inicio, a eso de las interpretaciones, de que estos personajes son visiones de la realidad, te deja esa pregunta, de qué significa esta muerte figurada. Esta muerte de integridad para un personaje ficticio y colorido. La tesis de que es una muerte moral, además de sonar nihilista – já - y pretenciosa, creo que es demasiado grande, pero que demuestra un serio problema social con la incapacidad de querer tener héroes que sean eso, héroes.
Así que OMD fue el cambio, muerte y entierro del personaje. Pasé dos años sin leerlo, del disgusto hacia decisiones editoriales sobre ficción pero que tienen un significado y rechazo más ulterior y paradójicamente superficial; nadie pide moralejas en los cómics, pero tampoco que la palabra héroe se sienta extremadamente desgastada y mal usada.