Portadas icónicas Marvel - Los años sesenta
La sabiduría popular dice que no hay que juzgar un libro por su portada. En el caso de los cómics, sin embargo, la cubierta cumple un rol fundamental, pues es el elemento encargado de seducir nuestra mirada, y nuestra billetera, presentando un teaser de lo que encontraremos en el interior, tanto en historia como en personajes.
Para Marvel Cómics, una de las grandes editoriales de la industria, ésto no sería diferente. Sintetizar todo lo que significan sus publicaciones, o destilar que es lo que simboliza su esencia es tarea compleja y extensa, pero una de las mejores maneras de hacer un recorrido por lo más destacable de su universo es repasar las cubiertas, que resumen y encapsulan la magia que los autores han querido entregar, a la vez que evocan algunos de sus mejores episodios.
Por tanto, repasaremos un puñado de las portadas que para mí son las más representativas de la Casa de las Ideas. Como todo viaje debe comenzar por el principio, iniciaremos a partir de los años sesenta, con Fantastic Four #001. En este periplo veremos sagas, personajes, momentos clave, recuerdos, conceptos, arte y otros elementos que nos han acompañado durante nuestra vida y han encandilado a generaciones enteras de lectores en sus más de 70 años de vida.
LOS AÑOS 60: CUANDO LA PORTADA ERA LA HISTORIA
En sus inicios, Marvel se enfrentó a un importante desafío. Debía canalizar el acervo creativo creativo que campaba en sus oficinas, y usarlo para competir contra rivales mucho más consolidados en el mercado, más aún con personajes que no eran conocidos por los lectores, a excepción quizá del Captain America. Por tanto, en su arribo a los quioscos, la portada se convirtió en un elemento fundamental, con un claro código de elementos que la conforman: debía verse con claridad el aspecto y el traje del héroe; debía mostrar en una imagen atractiva que indique que la aventura sería emocionante; y por último, debía comunicar que su contenido sería nuevo y diferente. Por tanto, desde el comienzo fue un elemento que requirió atención especial debido a la gran cantidad de información que contenía.
De hecho, dentro de la Marvel Way, el Método Marvel, tal era la importancia de la portada que era la primera ilustración que se confeccionaba. Y la más detallada, pues en un comienzo fueron complejas ilustraciones en las que no quedaba centímetro por aprovechar para exhibir tal o cual característica del personaje y la aventura. Para ello resultó clave el trabajo de un equipo de artistas excepcionales encabezados por el Rey Jack Kirby, quienes crearon ilustraciones que a día de hoy son históricas. Por las manos de Kirby pasaron innumerables números uno, posteriormente mil veces homenajeados, como Fantastic Four, The X-Men, o The Avengers.
Fantastic Four #001 (noviembre de 1961)
El inicio de todo. Fantastic Four #001, con fecha de noviembre de 1961, dio el puntapié inicial para la Era Marvel de los cómics. Su imagen de debut fue esta icónica cubierta, con dibujo de Jack Kirby, tinta de Todd Klein, aunque muchas veces se sindica en este rol a Dick Ayers, y coloreado de Stan Goldberg. El éxito fue inmediato y ya para su número tres ya anunciaba que se trataba del «mejor cómic del mundo». Hipérbole aparte, este escena fue el principio de una gran historia.
The Incredible Hulk 001 (mayo de 1962)
Incredible Hulk #001 destacó entre sus pares por ofrecer al protagonista en sus dos identidades, los planos de reacción, la pregunta a contestar -cuya respuesta está en el interior-, y la frase publicitaria de rigor, todo en uno. Nótese el color de la criatura, que tuvo que ser sustituido por el verde esmeralda clásico, debido a que los métodos de reproducción de la época no permitían una impresión adecuada del gris. Gran trabajo de Kirby y George Roussos, aunque últimamente se ha puesto en duda que éste sea el entintador, y es probable que sea el mismo Kirby. El coloreado es de Stan Goldberg, y el letreado de Artie Simek.
Journey Into Mystery #83 (agosto de 1962)
Nuevo número uno, nueva obra de arte de Jack Kirby, esta vez con apoyo de Joe Sinnott, Stan Goldberg y Artie Simek. La leyenda se hizo realidad, pues con la gracia de los dioses, el común de los mortales asistimos a la introducción del Poderoso Thor, Hijo de Odín. La cubierta se encarga de dejar en claro el poder de Mjolnir, arma divina que se encarga que ninguna criatura impía se acerque al héroe, quien se muestra imponente pero sin perder el glamour de su cabellera al viento.
Amazing Fantasy #015 (agosto de 1962)
Kirby aunó fuerzas con el entintado de otro gran nombre del inicio de Marvel, Steve Ditko, para entregar el número debut del mayor héroe de Marvel, Spider-Man. La idea del arácnido cruza la portada de forma dinámica, y sin duda, asombrosa, en una cubierta que sigue tan válida hoy como hace décadas. Color de Stan Goldberg, y letras de Artie Simek.
The X-Men #001 (septiembre de 1963)
Kirby, esta vez con ayuda de Sal Brodsky, retrató la cubierta del primer número del más extraño grupo de superhéroes, que en realidad no se veían tan raros pues se presentan con un impecable uniforme que hizo furor en las revistas de moda de la época. La portada ya nos indicaba que en su primera misión deberían enfrentarse a Magneto, el más poderoso supervillano de la Tierra, etiqueta que seguramente causó la ira del resto de malosos de la Casa de las Ideas. Una chica que hace un paso de baile, un par de bolas de nieve, una bazuca, un pie de talla 50 y un rayo láser sin duda son suficientes para derrotar al tipo que tiene un cubo por casco. ¿Y cómo pretenden hacerlo al estilo de los 4F si en el grupo son 5? Jaque mate, mutantes. Color de Stan Goldberg, y letras de Artie Simek.
Tales of Suspense #039 (marzo de 1963)
Fechada en marzo de 1963, Tales of Suspense #039 nos presentaría a un nuevo héroe, que más parece un robot que un hombre. De hecho, la portada leyó la mente de los lectores de la época pues todos se preguntaban quién, o qué, era el más nuevo y sensacional personaje. Ahí mismo teníamos las pistas: estaba vivo (como todos los demás héroes Marvel), caminaba (como todos los demás héroes Marvel) y conquistaba (chicas, como todos los demás héroes Marvel, excepto Peter Parker), así que en realidad era obvio que en su interior encontraríamos a aquel millonario playboy egoísta y con futuros problemas de alcohol. Elemental, mi querido Kirby. Tintas de Don Heck, color de Stan Goldberg, y letras de Artie Simek.
Avengers #001 (septiembre 1963)
Luego de presentar los personajes por separado, llega el turno del primer supergrupo de la editorial. Sin embargo, Jack Kirby no se contuvo con los spoilers, y ya desde la portada nos avisan que el causante de la reunión de los héroes es el infame Loki, solo por llamar la atención de su hermano Thor y vengarse de él por quedarse todas las valquirias de Asgard. Y la Marvel Way regresa en forma de superhéroes, supervillanos, y superemoción. Todo por el mismo precio. Tintas de Dick Ayers, color de Stan Goldberg, letras de Artie Simek, y diseño de logo de Sol Brodsky.
Avengers #004 (marzo de 1964)
Steve Rogers. La leyenda de la segunda Guerra Mundial regresaba a la actualidad de Marvel en marzo de 1964 cuando era descongelado luego de su última y fatídica misión en el Canal de la Mancha, y pasaba a formar parte de los Avengers, para luego convertirse en el alma y corazón del equipo. Por tanto, es lógico que ocupe el centro de la portada, que ofrece un impactante escorzo coronado con el aviso de que acá también veremos a Namor, en una pose de boxeador que ya se quisiera Balrog. Y adivinaste, otra vez el autor es Jack Kirby, junto a tintas de George Roussos, color de Stan Goldberg, y letras de Artie Simek.
HÉROES EN PELIGRO
Al margen de Avengers, la serie más popular por entonces era The Amazing Spider-Man. Sus sucesivas entregas marcarían la pauta básica de las portadas de superhéroes de entonces, alternando entre las que muestran al villano del mes y las que presentaban a un aliado, al estilo de los team-up. A veces fue todo a la vez, como en la portada de Daredevil #007 por Wally Wood, que significó el estreno de su traje rojo. Más jugosas y sugerentes aún fueron las tapas en que el protagonista tiene las de perder, como en Strange Tales #130, otra de Kirby, en que el Dr. Strange parecía al borde del colapso.
En cambio, en la presentación de la organización de S.H.I.E.L.D. y los terroristas de Hydra en Strange Tales #135, también del buen Jack, el punto de vista separa a héroe y villano, dejando en la sombra al verdadero antagonista. También tendríamos una categoría por derecho propio de imágenes conceptuales en que los héroes quedan "en manos del villano", con antagonistas a escala gigantesca plenamente justificables como en Fantastic Four #049, en que el rival es Galactus. En esas cubiertas menos convencionales el mensaje va mucho más allá de presentar un ejemplo del contenido y al villano de turno, sino que ejemplifican el sacrificio de los héroes al enfrentarse a un poder más allá de la imaginación..
La obvia intención de esas escenas es estimular el interés por averiguar cómo el protagonista escapará de las garras del villano. Sabemos de antemano que lo logrará, no nos engañemos, pero el método utilizado lo que motiva la lectura del cómic. Es una idea tan efectiva que justifica su repetición, pues no hay tanta distancia entre el "Unmasked by Dr. Octopus!" de The Amazing Spider-Man #012 (1964) de Steve Ditko, y el inquietante "Doc Ock Wins!" en The Amazing Spider-Man #055 de John Romita Sr., estilísticamente distintas, pero coincidentes en la intriga.
Daredevil #007 (abril de 1965)
La leyenda Wally Wood, en tinta y dibujo, nos entregaría en la composición de Daredevil #007 algo así como un «comics for dummies», puesto que no sólo vemos en la imagen una férrea batalla entre Matt Murdock y Namor, sino que además se encargan de recalcar que ambos luchan con un recorte de periódico que hábilmente se cuela en una esquina. Y eso que también hay una etiqueta que dice que el número no necesita nada más que su épica para venderse. Quien los entiende.Color de Stan Goldberg, y letras de Artie Simek.
Strange Tales #130 (marzo 1965)
Stephen Strange está al borde de la derrota. Su némesis, el Barón Mordo, amenaza con destruir a su enemigo para siempre. Pero sin embargo, lo entendemos: ¡lo único que nos importa es ver como Human Torch y The Thing conocen a los Beatles, y aun así les quitan el protagonismo! ¿Será que descubrimos en el interior el nacimiento del nuevo no-grupo de Marvel, los Fab Six? Spoiler: lamentablemente, no. Jack Kirby, dibujo; Don Chic, tintas; color de Stan Goldberg, letras de Sam Rosen.
Strange Tales #135 (agosto 1985)
Wow, un súper espía. ¿Es James Bond? ¿Napoleon Solo? Pues no, es Nick Fury, quien obtiene su propio serial en Strange Tales, reemplazando a Human Torch. Asimismo, asistimos al debut en sociedad de S.H.I.E.L.D., por entonces una organización internacional dedicada a la seguridad mundial, y sus enemigos principales, los infames de Hydra. Jack Kirby, dibujo; Frank Giacola, tintas; color de Stan Goldberg, y letras de Sam Rosen.
Fantastic Four #049 (abril de 1966)
¡Llega el fin del mundo! Jack Kirby, Joe Sinnott, Stan Goldberg y Sam Rosen se matriculan con otro clásico de clásicos, mientras la Primera Familia se ve superada por Galactus, un ser de un apetito y escala de poder como no se había visto en Marvel. Y no olvidemos a su heraldo, ese extraño ser plateado que parece guiar su actuar. El tono apocalíptico de la cubierta presenta magnificamente una saga que suele considerarse como una de las cimas de la era Lee y Kirby en los 4F.
Jugadores estrella
Entre los nombres de los portadistas de la década, obviamente asumiendo que son demasiados como para ni siquiera poder nombrarlos, y al margen de Jack Kirby, sobresalen especialmente John Romita Sr., Gene Colan y John Buscema, artistas que tomaron las riendas de los títulos bandera de la compañía en la segunda mitad del decenio. Para cuando la Edad de Plata alcanzó su punto álgido, y su mayor número de ventas en 1968, el arte de las cubiertas estaba en expansión, con nuevos títulos para los personajes más populares que nacían a partir de las revistas antológicas primigenias. Por tanto, un mayor volumen de publicaciones permitió que nuevos ilustradores tuvieran la oportunidad para lucirse, como Gene Colan en la portada de The Invincible Iron #001, por ejemplo.
Iron Man #001 (mayo de 1969)
Gene Colan sería el artífice de The Invincible Iron Man #001, el debut del cabeza de lata en una serie regular propia. Hay que reconocer que es una cubierta de composición bastante convencional, lo que no significa que no brille la elegancia y fuerza del trazo de Colan. Alguien no habituado a Iron Man quizá ni siquiera reconocería al personaje, pues aquí se muestra mucho más estilizado y «moderno» que en su primera aparición en Tales of Suspense #039. Mike Esposito en tintas, color de Stan Goldberg, y letras de Sam Rosen.
Captain Marvel #001 (mayo de 1968)
Gene Colan y Vince Colletta son los encargados de presentar al superhéroe Marvel nacido en el espacio llamado, de manera muy original, Captain Marvel. ¿Será Billy Batson secuestrado desde la Distinguida Competencia? ¿Carol Danvers? ¿Monica Rambeau? No, es el favorito de todos (?): ¡Mar-vell! Tampoco es una cubierta que destaque por su originalidad, pero es icónica, hermosa, y brillantemente ejecutada. ¿Quién dá más?
El asombroso Romita
Ser el título emblemático de la compañía no eximió a Amazing Spider-Man de ser un terreno de pruebas. Luego de que las cubiertas más destacadas pertenecieran a Kirby y Ditko, sería el turno de despuntar para John Romita Sr., cuya primera portada fue una pieza ahora legendaria, The Amazing Spider-Man #039. En los siguientes números seguiría la dinámica de duetos y alianzas, hasta que llega The Amazing Spider-Man #050, ícono de la historia del noveno arte. La figura central es, por primera vez en la serie, Peter Parker, sugiriendo en la imagen que el héroe,es en realidad aquel chico que camina cabizbajo, y no el arácnido del pijama rojiazul. Combinada con la ilustración más impactante del ejemplar, esa en que el traje se ve tirado en la basura, completan un gran momento en la historia del personaje. Por cierto, el homenaje contrario a esta tapa es The Amazing Spider-Man #392 (1994), cortesía de Mark Bagley, con un pequeño Spider-Man caminando a la sombra de un gran Peter Parker.
The Amazing Spider-Man #033 (Febrero de 1966)
Otras de las cubiertas más características de Spider-Man de la mano de Steve Ditko en tita y dibujo. Sabemos que Peter Parker en sus inicios fue lo más parecido a un perdedor, pero tener todo toneladas de maquinaria sobre su cabeza se lleva el premio mayor. Color de Stan Goldberg, y letras de Sam Rosen.
The Amazing Spider-Man #039 (agosto de 1966)
Agosto de 1966 vería en kioscos la primera portada de John Romita para la serie regular del arácnido. En cubierta se nos prometía que sería la primera vez en que tanto Norman Osborn como Peter Parker se verían desenmascarados, lo que generó un interés quizá incluso mayor al provocado por la imagen del Green Goblin arrastrando a su enemigo mortal como un despojo. Sin duda, una ilustración que J. Jonah Jameson mataría por poder publicar en primera plana del Bugle. Color de Stan Goldberg, y letras de Sam Rosen. Acaparadores.
Amazing Spider-Man #050 (julio de 1967)
¡No más Spider-Man! Adelantándose más de medio siglo al «no more mutants» de Scarlet Witch, John Romita perpetró otra de las cubiertas más representativas del mundo del cómic. Realmente pocos se creerían que no veríamos al héroe nunca más, pero quizá me equivoque, pues eran tiempos más inocentes, donde aún se creía en la Tierra plana, que las vacunas son dañinas, o en las fake news. Ilusos. Color de Stan Goldberg, y letras de Sam Rosen.
Su nombre es Buscema
John Buscema, otro de los nombres legendarios que ocupan el Olimpo artístico, llegó a Marvel procedente del mundo de la publicidad, trasladando a su nuevo medio sus ideas sobre imágenes comerciales. Sus composiciones para las portadas de The Avengers, están llenas de una auténtica exhibición de anatomía heroica y poses de tensión, siendo la clásica The Avengers #057 (1968) la más recordada. En ella usa otro recurso ya clásico de la época, el cambio de escala y la perspectiva forzada —basta con ver la cubierta de Jack Kirby para Captain America #100, ese mismo año—, para que el debut de The Vision, en una imagen de un colorido inquietante, resulte lo más espectacular posible.
También es de Buscema la tapa de The Silver Surfer #001 (1968), un formato experimental de Stan Lee que implicó un precio mayor, más páginas y una narrativa más profunda, para el que contó a propósito con el artista. La serie no sobrevivió, víctima de la crisis de ventas de finales de los 60, pero cada una de sus cubiertas es una obra maestra. La favorita del ilustrador es la del #4, que muestra un enfrentamiento entre Thor y Norrin Radd.
The Avengers #057 (octubre de 1968)
«Behold… The Vision!» es el rezo de la portada, que nos presentaba un misterioso personaje que aparecía colosal, y envuelto brumas, en una imagen impactante que auguraba un interior especial. Fue una gran idea de Buscema pensar en el color de la imagen final como un elemento más de la composición, y eso es probablemente el aporte más importante.
Captain America #100 (abril de 1968)
A pesar de que sus colegas también han estado haciendo trabajos que durarán la eternidad, el Rey sigue siendo el Rey. En abril del 68, Kirby sería el encargado de la cubierta de Captain America 100, que utilizaría elementos populares en la época, como ángulos forzados y escalas imposibles. El capi se ve imponente, utilizando el lugar que le corresponde, liderando a sus compañeros héroes. Tintas de Syd Shores y Joe Sinnott, color de Stan Goldberg, y letras de Sam Rosen.
The Silver Surfer #001 (agosto de 1968)
El centinela del espacio debutaría en una serie en solitario en un nuevo formato de más páginas, que ya se avisaba en la cubierta. Buscema utilizaría un diseño similar al de Avengers #057, en que un extraño ser que surca la galaxia surfeando en una tabla plateada (?) mira de frente a la humanidad, en un ademán que sugiere que viene a juzgarnos, o iluminarnos. Gran portada para un gran cómic. Color de Marie Severin, letras de Sam Rosen, y tintas de Joe Sinnot.
The Silver Surfer #004 (noviembre de 1968)
Un enfrentamiento entre Silver Surfer y Thor era algo que nadie querría perderse. Si bien esta no es de las más destacadas portadas de Buscema, y pocos se acordarán de ella, la incluyo acá por ser la favorita de su autor, y por algo será, aunque algo quizá tenga que ver el inusitado dinamismo que transmite la imagen.Las tintas serían de su hermano Sal Buscema, con color de Marie Severin.
Psicodelia se escribe con "S" de Steranko
Los últimos grandes nombres de la Marvel sesentera, en el capítulo de las portadas, son los de Jim Steranko y Gil Kane. Steranko es quizá el primero de los artistas modernos de la compañía, con innovadoras composiciones de página y gran efectismo visual, que redundó en un alto grado de experimentación. Cuando Nick Fury: Agent of S.H.I.E.L.D. se independizó de Strange Tales, el autor dio rienda suelta a su imaginación con escenas que bebían del cine y el imaginario de la época. Es especialmente recordada la portada del #4, que prescinde del color en favor de un psicodélico fondo en una espiral de blanco y negro. Otros números, en tanto, derrochan letras redondeadas y colores fluorados que ahora reconocemos como típicos de aquella era.
Lamentablemente, Steranko tuvo problemas para seguir el ritmo de las entregas que requería la maquinaria marveliana, y su paso por el mundo del cómic fue breve, pero muy intenso. Sin embargo, su trabajo en diversas colecciones dejó huella, creando modelos a seguir. La portada de Hulk King-Size Special #1, que a día de hoy es la más icónica de la historia del gigante esmeralda, fue un encargo de emergencia, que aceptó una tarde para tenerla lista a la mañana siguiente. El editor, presionado por el tiempo, le indicó al artista que le daba igual que o quien apareciera en la imagen, y es así que éste encontró espacio para el metalenguaje: el personaje interactúa con los elementos de la portada, un juego que desde entonces ha sido muchas veces imitado.
El buen Jim también era un maestro en las imágenes de lucimiento, esas en que la pose heroica es el foco. Gran muestra de ésto es Captain America #111, con un espectacular Steve Rogers posando a escala heroica sobre una llamativa composición de fondo blanco.
Nick Fury: Agent Of S.H.I.E.L.D. #001 (junio de 1968)
El primer número de la emancipación de Nick Fury desde Strange Tales presentó una portada que tenía una composición que no se había visto antes en el ambiente superheroico. La psicodelia de Steranko se nota en el diseño de cada uno de los cubos sobre los que se disponen los protagonistas, que además aparecen en posiciones poco superheroicas para el cánon habitual. El texto circunscrito dentro de las otros elementos de la imagen es una marca de la casa que se repetiría en casi toda la producción del artista. El logo es un trabajo de Sam Rosen.
Nick Fury: Agent Of S.H.I.E.L.D. #004 (septiembre de 1968)
Debo reconocer que estuve tentado a poner todas y cada una de las portadas de esta serie en el listado. Como sería inoficioso, me quedo con la del #004, que además de presentar los elementos lisérgicos acostumbrados, prescindió del color ofreciendo un fondo en blanco y negro, que hace que la imponente figura de Nick resalte. Otra vez, Steranko se salía del molde, utilizando influencias del op art, para regalarnos otra cubierta histórica.
Captain America #111 (marzo de 1969)
Pero no sólo de sustancias alucinógenas vive Steranko. También posee gran habilidad cuando se trata de reflejar las grandezas de los héroes en poses de poderío. Aquí, Steve Rogers destaca sobre un fondo blanco abruptamente interrumpido por un color neón clásico de la época. La pregunta queda: ¿qué fumas, Jim?
Hulk King-Size Special #001 (octubre 1968)
El metalenguaje también fue importante en algunas cubiertas. Aquí, el artista quiso representar el peso que significa para Bruce Banner/Hulk ser él mismo, pero quizá también el aprieto en que se encontraba al tener que hacer la ilustración en tiempo récord. Esta es la versión que se publicó en aquel octubre de 1968, pero el dibujo original de Steranko tenía una diferencia en la cabeza. Se especula que a Stan Lee le pareció que Hulk se veía demasiado salvaje, por lo que pidió a la dibujante regular de la serie, Marie Severin, que redibujara el rostro, al que además aprovechó de agregarle mas pelo en la frente.
El ocaso de una década
A medida que fue avanzando la década, las portadas fueron abandonando la densidad de contenidos en favor de una presentación más simple. Los textos perdieron importancia, quedando a menudo reducidos al título de la aventura, que ofrecía un significado a la imagen, mientras que el protagonista aparecía lo más heroico posible. De todas formas, faltarían varios lustros para que se produjese la disociación definitiva entre el continente de la portada y el contenido del interior.
Siempre el objetivo fue que las portadas de la editorial fueran dinámicas y espectaculares, y presentar la acción de manera directa. Sin embargo, en el interior la estructura de la página estaba a punto de romperse en favor del dinamismo superheroico que se consolidaba a medida que iba incorporándose a la compañía una legión de nuevos artistas, que harían suyos los personajes y desdibujarían los límites del estilo.
La marcha de Jack Kirby en 1970 y el breve paso de Gil Kane por Captain Marvel entre 1969 y 1970 —su primera portada fue Captain Marvel #017— pueden considerarse la frontera entre esa Marvel que ya había aprendido a explicar sus historias, y se disponía a dotarlas de unas dimensiones cósmicas.
Captain Marvel #017 (octubre 1969)
La primera portada de Gil Kane para Captain Marvel quedaría para siempre en la historia no sólo por la grandiosidad de su ilustración, sino por servir como empaque a un número cercano a la perfección. Y no es una entrega cualquiera ni mucho menos, sino que es la presentación del nuevo Capitán Marvel, el del traje rojo y azul con las negabandas, que sustituía al antiguo uniforme de cosmonauta verde y blanco. Las tintas son de Dan Adkins, aunque se desconoce colorista y rotulador.
La anterior es sólo una pequeña muestra de la gran galería de cubiertas de la Casa de las Ideas en la primera década de la Era Marvel, y en posteriores entregas abordaremos los siguientes decenios. La mayoría son clásicos inapelables, pero también hay otras que van sólo por gusto personal. Porque en el fondo, las emociones generadas por las obras del noveno arte son una experiencia tremendamente subjetiva, y todos nos vemos impactados y atraídos por cosas distintas. Al respecto, ¿cuáles son tus favoritas? ¿Consideras que alguna de las quedó afuera merece estar aquí? Te invitamos a participar en los comentarios.