MR DC 40 - Nuevos Dioses; Lobo se despide ¿de buena manera?; Eterno aburrimiento

Publicación: 04/11/2015
Guionista: Francis Manapul
Dibujante: Bong Dazo

Reseña: Fantasma Rojo

Un dato bastante curioso sobre Superman es que durante la Silver Age las portadas de sus comics solían exhibir a Superman portándose como un cabrón frente a sus amigos, pero todo resultaba estar fuera de contexto. Este tipo de portadas han sido recogidas en páginas como Super Dickery. ¿Por qué menciono esto? Simplemente porque el Superman de este número parece estar inspirado por ese tipo de representaciones.

Tal como se vio en los números de Justice League, Superman está hasta las orejas con energía de Apokolips y eso claramente afecta su comportamiento. Es insensible, bruto, prepotente y pedante, es decir, una exploración de un ser con poder absoluto y que se ve a sí mismo como un dios. Superman llega a ser tan desagradable que causa risa, como cuando Jimmy Olsen lo localiza y lo terminan mandando contra una ventana al pobre fotógrafo. Hablando de Jimmy, este cómic logra resaltar porque es tan importante la presencia de dicho personaje dentro del mundo del azuloso: es su cable a tierra y lo que lo hace ser más empático.

Superman salva el día de la amenaza genérica que se da durante el número, pero no es más que una excusa para mostrar hacia el final que el bueno de Kal-El no está en pleno usos de sus facultades.

Por cierto, la caracterización que Francis Manapul le dio a la ciudad de Metropolis fue genial, es amplia y los ciudadanos se sienten con una voz propia. En muy poco espacio se hizo un excelente worldbuilding y me encantaría ver más de este equipo creativo a futuro, ojalá en la serie principal del kriptoniano.

Publicación: 04/11/2015
Guionista: Rob Williams
Dibujante: Jesus Merino

Reseña: Fantasma Rojo

7,5 / 10

Los One-shots de Darkseid War han sido mucho más entretenidos de lo que pensé y en este número particular Rob Williams, el cerebro detrás de la actual serie de Martian Manhunter (¡léanla!) nos entrega su visión sobre el velocista escarlata. La premisa: Flash contra el Black Racer. La posesión de Flash por este avatar de la muerte aún no se perfecciona y requiere que Barry tome al menos una vida para que el lazo pueda establecerse. La idea detrás del comic es buena ya que si algo ha caracterizado a Flash, independiente de la encarnación, es su voluntad capaz de superar a la muerte y que puede correr incluso más rápido que ella. Black Racer trata de convencer a Barry de la inevitabilidad de escapar de él, de cómo la vida es más preciosa por su fugacidad e incluso mostrándole las consecuencias de quedar sin anfitrión, pero nada parece convencerlo plenamente. El Black Racer lleva a Barry con la primera persona que le viene a la mente, quien para sorpresa de Flash, es Iris West. Flash trata de explicarle su dilema a Iris, pero el Black Racer trata de matarla. Flash logra controlarse y se opone al New God, declarando que él no va a tomar la vida de nadie.

Black Racer parece ser un sujeto muy locuaz, ya que en vez de tratar de forzar a Barry busca convencerlo, indicándole que no él no es su única alternativa y que tiene en lista de espera a personajes como Reverse Flash o Gorilla Grodd. Barry se rinde y decide tomar una vida…la del Black Racer. La carrera que empieza es un disfrute, con Racer arrancando mientras Flash piensa en la ausencia de dolor de un universo sin muerte. Al final logra su cometido, pero sin el Black Racer la muerte quedaría libre de control, por lo cual Barry toma la opción que siente es la correcta y que requiere el sacrificio una vida, implicándose que se trata de la suya.

Un tema común en estos one-shots es la exploración de la psiquis del personaje más que el avance de la historia principal. La historia a ratos pega unos saltos muy bruscos y las decisiones de Barry llegan a verse, irónicamente, algo apresuradas, pero supongo que eso es parte de los costos de contar una historia en un espacio limitado. El concepto de una carrera entre Flash y la Muerte es un elemento ya clásico de la mitología del personaje y la vuelta de tuerca de que el Black Racer persiga a Flash no para llevárselo, sino para que tome su lugar, es divertido de leer. El aporte a la historia principal parece ser mínimo, pero es una buena historia sobre Flash que incluso toca elementos más clásicos, como por ejemplo que la persona en que primero pensó Barry no fue su interés amoroso actual, sino Iris West. Incluso estando confinado al contexto de Darkseid War la historia resulta interesante y divertida de leer. No se la pierdan.

Publicación: 04/11/2015
Guionista: Cullen Bunn & Frank Barbiere
Dibujante: Robson Rocha

Reseña: Fantasma Rojo

Es raro lo que suele pasar con algunas series al borde de la cancelación en DC. Es decepcionante que luego de meses y meses de tratar a la fuerza en los lectores un concepto que no cuaja, en los últimos números deciden mandar al diablo los mandatos editoriales y es en ese momento en que la serie encuentra su identidad correcta. Esto pasó con el último número de Stormwatch y es lo que pasa en el penúltimo número de Lobo.

La primera señal de que el equipo creativo tiene libertad de cerrar el comic como quiera es el cambio de diseño que tuvo el protagonista. Lobo al fin perdió esos estúpidos tatuajes fluorescentes que Bob Harras obligó a incluir y su apariencia es más cercana al diseño clásico con una chaqueta abierta, un cinturón con un tipo de cráneo y un pelo alborotado. La primera parte del cómic se enfoca en la destrucción de un sindicato que elaboraba un tipo de droga, pero durante la misión Lobo aspira un poco de la sustancia y por el resto del número empieza a tener alucinaciones que se centran principalmente en The Countess, una villana de unos números atrás que trató de controlar a Lobo. En una de sus alucinaciones Lobo ataca a su actual jefa y se convierte en un fugitivo. Es en este punto donde parecemos recuperar al Main Man. Los encargados de traer de vuelta al czarniano no son rivales para un Lobo alucinando hasta las patas, pero que de alguna manera encuentra claridad en ello y que, como personaje, al fin recupera su libertad. Lo anterior queda mejor reflejado en la siguiente cita: “They can’t stop me. I’m not her Whip. I’m not her weapon. Why do you do what she says?! She can’t tell me what to do and I’ll destroy anyone who thinks otherwise.”

El número termina con Lobo mandando al carajo el concepto de mercenario y el valor del dinero por no ser verdadero poder y decide ir a buscar pelea con todo aquel sujeto que se le dijo estaba fuera de sus límites, partiendo por un muy especial tipo de fugitivo, Hal Jordan. Es una lástima que solo al final de una serie condenada podamos ver como debió ser desde un principio la reinvención de Lobo en vez del mamarracho que Bob Harras mandó a armar. Acá dejamos de tener un personaje diseñado para tratar de hacerlo ver cool a la fuerza con tatuajes estúpidos y un pasado trágico y recuperamos la idea central: Lobo es un personaje que hace lo que le entra en gana y que tiene el poder suficiente para ello. Esto último debiera bastar para que los fans del personaje puedan tener algo más acorde, aunque sea por poco tiempo.

Publicación: 04/11/2015
Guionista: Benjamin Percy
Dibujante: Fabrizio Fiorentino

Reseña: Obi Wan Kannabis

10 / 10

Oliver y su amiga la Tarántula, se adentran en Juarez en busca de su perro/lobo George, es claro que la intención de los sectarios sacerdotes de la muerte es extraer los huesos de su compañero, la cultura mexicana de la fiesta de los muertos, se mezcla con la violencia de los carteles de la droga, y en medio de esa mezcolanza Green Arrow deberá enfrentarse a los fanáticos que desean usar a su lobo en sus rituales místicos, pero su compañera tiene una agenda propia.

Un excelente comic, esta es una de las pocas publicaciones que no han decaído en DC, si bien ha tenido altos y bajos, Green Arrow va de a poco acercándose más y más a ese cómic crítico del estado de las sociedades, hoy en día la violencia de los carteles de la droga en Juarez es un tema que toca a los americanos y es por eso que no es extraño que se toque, aunque sea muy levemente, en un comic lleno de acción.

Una mención especial para el guionista que incluye una clara referencia al caso de los estudiantes mexicanos desaparecidos y asesinados de Iguala.

Publicación: 04/11//2015
Guionista: Robert Venditti
Dibujante: Billy Tan

Reseña: Chris

6 / 10

Otro número que se lee en un suspiro, pero que me dejo algo más satisfecho que el anterior. Si recuerdan, Hal se trenzó a golpes con Black Hand, aparentemente resultando vencedor llevándolo apresuradamente hacia el Muro de la Fuente con un viejo amigo que aniquiló a los Blue Lanterns. Este viejo amigo no es que este muy feliz de ello, pero tras mucho divagar, sumado a una lucha con Black Hand, finalmente encuentran la solución para evitar la caída del muro y con ello la destrucción del universo.

¿Y a que conclusión llegamos con el fin de este arco? Decepcionante. No ha estado tan mal, pero esta historia tenía muchas, pero muchas posibilidades de ser algo realmente grande y quedó solamente como mera anécdota. Desaprovechar una historia relacionada con el Muro Fuente de la manera en que la estaban planteando, me desanima bastante, porque pese a que todos estos números con este Hal pelilargo han estado bastante bien, se nota bastante que Venditti no sabe darle emoción a la historia (o no lo dejan) y eso es algo que pone un poco en duda, de si esto será una constante o simplemente la historia no daba para más. Confío en que ahora que Hal se paseará por la tierra, tengamos una nueva historia un poco más arriesgada y dispuesta a explotar su potencial. Por su parte Bedard realiza un trabajo correcto, con una narración adecuada, pese a que suele ocupar mucho espacio en sus dibujos, dejando al comic como una lectura bastante rápida, pero lo vale por las cuidadas expresiones y las ágiles escenas de acción, pese a que se vislumbran algunos errores anatómicos. Así que toda la fe, en la próxima saga y esperemos que no le den el tijerazo a esta etapa del Hal hippie.

Publicación: 04/11/2015
Guionista: Steve Orlando, Scott Snyder, James Tynion IV
Dibujante: Scot Eaton

Reseña: Chris

5 / 10

Como me temía, la serie poco a poco está perdiendo fuelle. Pese a que las relaciones entre los distintos sidekicks y personajes inspirados por Batman, son muy interesantes y están bien escritas, de la historia no se puede decir lo mismo. Sabemos que un tal Mother está detrás de todo y un tal Orphan está acosando a una tal Cassandra Cain, que están directamente relacionados con los Robins y con un suceso que ocurrió hace algunos años atrás, en el que andaba metido Scarecrow, lo que descubrimos en este número….es que nuevamente se nos vuelve a contar lo mismo, pero en contextos diferentes. Y lo peor de todo es que tenemos otro enfrentamiento contra Orphan…el cual no hace avanzar mucho la historia más que profundizar de forma un poco cliché y torpe, en la sufrida Cassandra Cain (¿En serio chica? ¿Te pones mal porque alguien te diga esas cosas? Antes era más dura). Y lo nuevo es que Drake como indica la portada, se trenza a golpes con Dick, por un malentendido que implica secretos y un problema de actitud de parte de Grayson, a ojos de Tim. Y eso serie todo, pero por mí, cada vez la historia me está atrayendo, un mal que arrastraba también Eternal, en que no podían avanzar mucho en la historia, por que necesitaban rellenar 40 y tantos números más. Esto es una lacra que afecta las series semanales de este tipo, por que limita lo que puede ser una buena historia que pudo haber quedado mejor en pocos números, en vez de quedarse con una buena idea y extenderla por muchos números más, mientras agregamos tramas a menudo irrelevantes para que no se sienta el vacío de no hacer nada cada semana.

No sé si estaré en lo correcto en cuanto a juzgar este producto al llevar recién 5 números, pero lo que sí se puede juzgar es el arte. El mismo mal que arrastraba Eternal, era la desastrosa coherencia artística que se dio, teniendo casi hasta 3 o 4 artistas en un mismo comic, que incluso llegaban a variar demasiado en estilos. Y es que no alegaría si fueran artistas de calidad, pero han metido a tipos que se nota que son tipos que tienen para dibujarlos cualquier sea y lo más rápido posible, porque en este número vemos como la calidad artística, va subiendo y bajando de calidad de forma impresionante. Expresiones horrorosas, errores anatómicos que hacen doler la cabeza, un coloreado acartonado que recuerda a esos comics noventeros que parecieran ser hechos en dos días y un montón de otras cosas más. Lo único que se conserva es una narración adecuada a lo que se quiere contar, sin ser pretenciosa o muy vanguardista, al contrario es modesta y sin ánimos de querer destacar. Espero que el próximo número este algo mejor y se dediquen a darle un empujón a la historia de una buena vez.